El Partido Revolucionario Moderno (PRM) ha generado controversia al promover a Gustavo Suero como su candidato a alcalde en el municipio de Las Matas de Farfán en la provincia de San Juan de la Maguana, a pesar de su pasado judicial. Suero fue detenido en el 2013 por su participación en el tráfico ilegal de aproximadamente 90 haitianos.
Esto plantearía dudas sobre los filtros utilizados por el PRM en la selección de sus candidatos y ha generado críticas acerca de la integridad de los perfiles presentados.
Antes del proceso de preselección, el PRM había anunciado la implementación de rigurosos filtros para garantizar la idoneidad de sus candidatos. Sin embargo, la elección de Suero ha desencadenado preocupaciones sobre la eficacia de estos filtros y la coherencia en la aplicación de los mismos.
Se esperaba que el partido evaluara la reputación y antecedentes de los candidatos, asegurándose de que estuvieran alineados con los principios éticos y morales del partido. La inclusión de Gustavo Suero, quien estuvo involucrado en actividades ilegales, plantea la pregunta sobre cómo se llevaron a cabo estos procesos de evaluación y si se consideraron debidamente los antecedentes penales de los postulantes.
Los datos de aquél momento, arrojan que Suero no solo fue atrapado infraganti por el Cuerpo de Seguridad Fronteriza (Cesfront), sino también que, en presencia de menores de edad, ofreció dinero como soborno a la autoridad. El mismo hecho de traficar ilegales y entre ellos niños, plantea lo agravado del hecho.
El PRM también ha puesto de manifiesto la necesidad de una mayor transparencia en el proceso de selección de candidatos. Los ciudadanos y observadores políticos han expresado su inquietud acerca de posibles irregularidades en la evaluación de los perfiles, sugiriendo que podrían existir intereses políticos o falta de coherencia en la aplicación de los criterios establecidos.
En un momento en que la confianza en las instituciones políticas es crucial, el PRM enfrenta el desafío de abordar estas críticas y demostrar su compromiso con la integridad y la ética en la selección de sus candidatos. La ciudadanía espera respuestas claras y acciones concretas para restaurar la confianza en el proceso político y asegurar que los representantes electos sean verdaderos reflejos de los valores del partido y de la sociedad que aspiran a liderar.
